El queso manchego es uno de los productos más reconocidos en el mercado, se utiliza en la cocina para diversos platos; este queso logra una excelente fusión y contraste en nuestras comidas.

Es un queso elaborado con leche de oveja y un nombre se debe a su lugar de origen, la región de La Mancha, Se caracteriza por ser redondo y tener una concha dura de colores amarillo pálido o negro.

Con una maduración mínima de 30 días hasta 2 años. Provocan el nacimiento del queso como un producto consistente, sabroso, con entidad propia y, por supuesto, exquisito…

Su origen según documentos históricos y literarios, lo asocian con El Quijote de Cervantes en donde se vincula claramente el queso con La Mancha.

En 1878, en la obra de Balanguer y Primo titulada Explotación y fabricación de las leches, mantecas y quesos de diferentes clases, en uno de sus capítulos dedicado a los «principales quesos españoles», se hace referencia en primer lugar al queso manchego. En 1892, en el Diccionario General de la cocina, Ángel Muro, relaciona los quesos españoles de leche de oveja con el manchego.

El queso manchego puede incluirse en una tabla de quesos, formar parte de ensaladas, en tapas o acompañado con membrillo o frutos secos. El viejo se usa para rallar, o cortado en cubitos, cubierto de huevo batido y pan molido y después frito. Marida bien con vino tinto o un vino propio de la misma región, como el Denominación de Origen La Mancha. Es el queso español más famoso y comercializado fuera de España.

La Cofradía del Queso Manchego señala que el turismo gastronómico posee mayor progresión en los destinos donde los turistas pueden consumir productos típicos propios, en lugares como en restaurantes, eventos, rutas y festivales gastronómicos, tiendas de productos típicos, escuelas de hostelería.

Dependiendo del tiempo de maduración, se obtienen tres clases de manchego:

  • Manchego Semi-curado: la textura de este queso es relativamente húmeda y flexible, con una pasta pálida de color crema; el aroma es ligeramente agrio, mientras que los sabores son de heno, hierba y fruta, con notas dulces. Esta variante ha sido madurada durante tres meses.
  • Manchego Curado: tiene una maduración de seis meses, lo cual le confiere una acidez distinta y pronunciada, con sabores suaves de notas caramelo y frutos secos.
  • Manchego Viejo: para obtener esta variedad se requiere de un año de maduración; este queso tiene una textura desmenuzable, su interior adquiere un color caramelo y tiene un sabor dulce y persistente.

El exterior del queso manchego va cubierto de una fina capa de cera, cuyo color identifica la curación del queso. El interior, homogéneo, de color desde blanco a marfil-amarillento, presenta ojos pequeños y desiguales. La pasta, poco elástica, desde mantecosa a algo harinosa tiene un aroma láctico, algo ácido y persistente, pudiendo llegar a ser algo picante en los manchegos más curados o viejos.

El queso manchego mantiene todas las propiedades nutritivas de la leche, por lo que se trata de un alimento muy completo. Proteínas, minerales como el calcio y vitaminas que lo hacen especialmente recomendable para las etapas de crecimiento y la edad madura.

Un queso para degustar

Este queso aromático, con un toque a caramelo de mantequilla en el paladar, junto a notas almendradas. Absolutamente delicioso, puede disfrutarse en cualquier rincón de Castilla-La Mancha. De manera tradicional, el queso manchego es servido junto con membrillo y almendras, y en otras ocasiones, al lado de jamón serrano. Para destacar su sabor a frutos secos y nueces,  también puede incluirse en una tabla de quesos, formar parte de ensaladas.

El viejo se usa para rallar, o cortado en cubitos, cubierto de huevo batido y pan molido y después frito. Es exquisito con vino tinto o un vino propio de la misma región, como el Denominación de Origen La Mancha.

Un placer sencillo suave e intenso perfecto para degustar como queramos…

  1. Solo, Con unos trozos de pan y una copa de vino. vale la pena disfrutar de él solo
  2. Con tomatitos cherry, albahaca fresca, sal y un poquito de aceite de oliva virgen. ¡Quedará todo perfecto!
  3. Con una buena confitura de frutas (un magnífico aperitivo)
  4. Acompañando un plato de pasta. ¡Se nos hace la boca agua solo de pensarlo!
  5. Junto a carne picada, como relleno de unas empanadillas. ¡menudo plato!
  6. Con mermelada: El queso manchego es igual de adecuado para acompañarlo con mermelada y, te recomendamos la de frambuesa, puedes apostar por la que tú prefieras. Melocotón, manzana, piña… ¡todas son deliciosas!
  7. Con pizza: una de las mejores pizzas que hay es, sin duda, los cuatro quesos así que, si la preparas con un manchego de buena calidad, ¡vas a disfrutar todavía más de ella!

“Bocado de pan, rajilla de queso, y a la bota, un beso.”

En conclusión la región de La Mancha, que abarca las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, tiene una gran tradición de pastoreo, con ovejas perfectamente adaptadas a esta comarca de clima hostil.

Aunque a día de hoy se utilizan moldes modernos para el prensado, suelen llevar un característico dibujo en zigzag que identifica al queso manchego. La razón de esto es que antiguamente se utilizaban cinchos de esparto para prensarlos, y el trenzado de los mismos quedaba impreso en la corteza.

Además de ser un alimento completo y muy nutritivo, y más fácil de digerir, tiene una amplia variedad de usos en la gastronomía, es por ello que este delicioso queso manchego debes acompáñalo de un buen pan, un poco de jamón y un buen vino manchego ¡Pruébalo! Te encantará.