Plato que nos regala lo mejor de la cocina tradicional española, con sabor a familia y calor de hogar. Por eso en RECAREDO queremos  enseñaros cómo preparar una receta de pollo al ajillo fácil, rápida y para chuparse los dedos.

 

El plato que buscamos tiene que ser un pollo bien dorado, que se deshagan al trocear y a la vez que estén bien jugosos ya que el principal riesgo de esta receta es que el pollo quede reseco. En cuanto al ajo, no queremos que tape el sabor del pollo, pero sí que tenga la presencia que le requiere el nombre de la receta. D

 

 

Ingredientes

  • Pollo entero troceado
  • 6 Dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Harina de trigo
  • Zumo de limón
  • 500 ml de caldo de pollo
  • 150 ml de vino blanco
  • Sal y pimienta
  • 1 hoja de laurel

 

 

Lo primero que vamos a hacer es aromatizar el aceite de oliva friendo en él 3 ajos con su piel. En cuanto la piel se tueste un poco, los retiramos.

 

Salpimentamos las presas de pollo y las pasamos ligeramente por harina y las freímos a fuego alto hasta que se dore. Una vez estén bien doradas, retiramos parte del aceite para que no queden muy grasientas y añadimos el zumo de medio limón, removiendo para que todas las piezas tomen su sabor.

 

Para que nos quede muy muy tierno, casi como un guiso de pollo en salsa, añadimos ahora el caldo de pollo, 3 dientes de ajo crudos picados finamente y la hoja de laurel, dejando que el conjunto cueza a borbotones, hasta que prácticamente todo el caldo se evapore.

 

En ese momento incorporamos el vino blanco, dejándole dar un último hervor. Para llevarlo a la mesa, sacamos las piezas de pollo y las ponemos en una fuente, y procedemos a preparar la salsa.

 

Para ello, desglasamos el fondo de la sartén raspando con una cuchara de madera para ligar la salsa, que tendrá los aromas del pollo, el ajo, el caldo, el vino y el limón y la consistencia de la harina. Si queréis, podéis espolvorear con perejil.